
Un colchón frío y mudo
en la ardiente habitación de mi infancia
dejo la cordura encerrada en el ropero
y salgo a bailotear las palabras absurdas.
Te escribo pensándote
en mi colchón frío y mudo
desnudándote el alma
y los sentimientos.
La distancia elevada a alguna potencia
me demuestra el grado de insanidad
que despiden mis poros
no hago mas que pensarte.
Pensarte, y verte yacente
en mi colchón frío y mudo
acariciando tus horas
y mirando el fulgor de tus ojos.
Un colchón frío y mudo
en la ardiente habitación de este día
espera la compañía de tu cuerpo
acompañando al mío.
Por Gabriela F. ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario